La higiene y la seguridad alimentaria constituyen el núcleo de la prevención de riesgos laborales en el sector de la alimentación. Su correcta aplicación no solo protege a las personas trabajadoras de posibles peligros, sino que también garantiza la salud pública y contribuye al éxito económico y reputacional de la empresa.
El adecuado almacenamiento de productos alimenticios es esencial para preservar su calidad, seguridad y frescura, así como para evitar la contaminación y el desperdicio.
A continuación, se detallan las mejores prácticas para un correcto almacenamiento de estos productos:
1. Clasificación y Separación
- Alimentos crudos y cocidos: Mantener una separación estricta entre alimentos crudos y cocidos para evitar la contaminación cruzada.
- Tipos de Alimentos: Clasificar los productos en categorías como carnes, productos lácteos, frutas y verduras, alimentos secos, y congelados. Cada tipo de alimento debe almacenarse en un área específica, que cumpla con sus requerimientos específicos de temperatura y humedad.
2. Temperatura y Humedad Controladas
- Almacenamiento en Frío: Los productos perecederos, como carnes, lácteos, y ciertos vegetales, requieren refrigeración o congelación para evitar el deterioro. El almacenamiento en frío debe ajustarse a las temperaturas recomendadas para cada producto.
- Almacenamiento en Seco: Los alimentos secos, como granos, cereales y alimentos enlatados, deben mantenerse en un ambiente fresco, seco y bien ventilado, con niveles de humedad por debajo del 60% para evitar la proliferación de hongos y bacterias.
3. Sistema FIFO (Primero en Entrar, Primero en Salir)
Implementar el sistema FIFO garantiza que los productos más antiguos se utilicen primero, minimizando el desperdicio por caducidad. Etiquetar claramente cada artículo con su fecha de entrada o de vencimiento para facilitar esta rotación.
4. Limpieza y Desinfección
Las áreas de almacenamiento deben limpiarse y desinfectarse regularmente para evitar la acumulación de residuos, polvo, o posibles infestaciones de plagas.
Resulta fundamental el establecimiento de un programa de limpieza para utensilios, estantes, y cualquier equipo usado para el almacenamiento.
5. Control de Plagas
Implementar un programa de control de plagas para detectar, prevenir y eliminar insectos, roedores u otros contaminantes.
Realizar inspecciones periódicas de las instalaciones y sellar todas las entradas posibles de plagas.
6. Accesibilidad y Organización
Organizar los productos de forma que sean fácilmente accesibles y evitando apilamientos peligrosos.
Utilizar etiquetas legibles que proporcionen información clara sobre cada producto.
7. Formación del Personal
Capacitar al personal en las mejores prácticas de almacenamiento para que comprendan la importancia de la separación de alimentos, el control de temperaturas y humedad, el sistema FIFO y los procedimientos de higiene.
8. Documentación y Trazabilidad
Mantener registros detallados de las entradas y salidas de los productos alimenticios para asegurar una trazabilidad completa en caso de incidencias.
Implementar un sistema de seguimiento que facilite la localización de lotes y permita la retirada de productos defectuosos de manera rápida y eficiente.
Adoptar estas prácticas de almacenamiento asegura que las empresas del sector alimentario cumplan con los estándares de calidad, preservando la seguridad alimentaria y reduciendo riesgos de contaminación o pérdidas por deterioro.
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