CEOE Castilla y León destaca el compromiso de las empresas con el empleo tras la positiva evolución de la afiliación y del desempleo en el quinto mes del año, que termina con 9.556 cotizantes más y una bajada del paro de 3.902 personas.

Concretamente, el pasado mes el número de desempleados registrados en Castilla y León cayó un 3,57% respecto a abril, frente a un descenso en el conjunto de España del 2,2%, situándose la cifra total en 105.468 parados, 5.587 menos que hace un año, con un descenso del 5,03% respecto al pasado año, según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Por su parte, el número de afiliados a la Seguridad Social en mayo fue de 974.741 personas, lo que supuso un aumento del 0,99%, lo que eleva la cifra total hasta 974.741. Respecto al dato de hace un año, Castilla y León registró un repunte del 2,01%, con 19.177 efectivos nuevos en los últimos 12 meses.

Si bien es cierto que estamos antes unos datos positivos, existe un contexto económico claramente incierto por la situación geopolítica, el encarecimiento generalizado de los costes laborales y de producción, y la inseguridad jurídica derivada de los continuos anuncios de cambios normativos a nivel nacional. Por ello, CEOE insiste en la necesidad de consolidar esta tendencia positiva en la creación de empleo, reforzando las políticas de apoyo a la actividad de las empresas y apostando decididamente por la mejora de la empleabilidad de las personas desempleadas facilitando su activación e inserción en el mercado laboral. Un mercado laboral que tiene que ser dinámico e inclusivo, dando cobertura rápida a las demandas del tejido productivo.

Ambas medidas precisan de un marco regulatorio estable. En este sentido, CEOE Castilla y León rechaza reformas legales de clara naturaleza intervencionista, aprobadas al margen del diálogo social, como la prioridad aplicativa de los convenios colectivos autonómicos, que resulta un verdadero obstáculo en tanto que no solamente atentan contra la unidad de mercado sino que supone una modificación radical de la estructura de la negociación colectiva clave para garantizar, entre otros muchos aspectos, una ocupación estable  y duradera.