Los datos negativos del desempleo en la comunidad del pasado mes de julio evidencian una evidente ralentización de la economía, especialmente preocupante en un mes en el que tradicionalmente las actividades vinculadas al turismo suelen impulsar el empleo.

Así, según los citados datos, el número de parados registrados en Castilla y León en el mes de julio alcanzó la cifra de 102.193 personas, lo que supuso un  aumento de 1.411 parados respecto al mes anterior (1,40% en tasa intermensual). Cabe recordar que en el mes de julio del pasado año 2023 el desempleo creció en 83 personas (0,08%). Con relación al último año, el  descenso fue de 4.575 personas (-4,28 % en tasa interanual). 

Asimismo, el número medio de afiliados a la Seguridad Social fue de 990.429 personas, lo que supuso un aumento de 6.427 afiliaciones respecto al mes anterior (0,65% de variación intermensual) y un incremento de 19.614 respecto al mes de julio de 2023 (2,02% en variación interanual).

Las cifras constatan, como ya reflejó también la EPA correspondiente al segundo trimestre del año, una ralentización, cuando no una paralización, en el ritmo de creación de empleo en la que pueden estar incidiendo factores como el aumento de los costes empresariales, principalmente a las pymes y micropymes, y la incertidumbre política y regulatoria.

Por ello, CEOE Castilla y León entiende que es necesario reducir la inseguridad jurídica así como generar un marco estable e incentivador de la actividad productiva, evitando medidas que  vulneren la flexibilidad empresarial y que supongan nuevos incrementos de costes y trabas  a la gestión de las empresas.

En su opinión, apostar por la economía productiva, por la competitividad, la inversión y la contratación, en definitiva, por incentivar la actividad privada resulta clave para consolidar el ritmo de creación de empleo en las empresas.